domingo, 1 de septiembre de 2013

Más no es mejor. Mejor es… mejor

La tecnología evoluciona y con ella, la magia. O mejor dicho, evolucionan las formas de aprendizaje de este arte, así como el acceso a la información.

Soy de una generación en la que todo se quiere ya, en la que se puede acceder por una pantalla de ordenador o móvil a casi cualquier tipo de información, y en la que, en la mayoría de las ocasiones, lo barato es caro cuando se puede conseguir gratis.

Con Internet, tenemos una herramienta poderosísima. A golpe de click, podemos tener el último vídeo de nuestro autor favorito, gran parte o toda la bibliografía escrita por alguien, o simplemente la burda revelación de un secreto. ¿Es esto malo? En absoluto. Realmente, lo malo no es el medio, en muchas ocasiones ni la calidad, sino la elección de lo que queremos para no perdernos.

Lo ilustraré con un ejemplo que muchos entenderéis: buffet libre, 3 de la tarde, no habéis
desayunado, y tenéis todas las bandejas con todos los manjares posibles. Muchos ni os llaman la atención, pero están ahí, gratis. ¿Qué acaba pasando? Pues, en caso de que seáis como yo, os cogeréis una indigestión bastante absurda.

Y es que más no es mejor. Mejor, es mejor. Y por supuesto, más, tan solo es más. ¿A dónde quiero llegar con todo esto? Actualmente, en magia, disponemos por suerte de una gran cantidad de contenido de calidad. Contenido que nuestros maestros, de este siglo y del anterior, no contaban con él. Podemos acceder a tiendas de magia y comprar casi cualquier cosa, podemos ver en Youtube gran cantidad de joyas, actuaciones y performans de magos de prestigio, de jóvenes promesas. Existen plataformas virtuales de aprendizaje online, que son escuelas virtuales, como Magic Ágora o Enfilo. Blogs de opinión, tertulia y teorías mágicas… ¿Qué más se puede pedir?

No estoy hablando sobre dejar de lado los recursos o no estudiar. Si no de seleccionar, y filtrar la información que nos llega. Ni en dos vidas podríamos leer todos los libros de magia que existen. Y mucho menos, aplicarlo. Sin embargo, sí podemos seleccionar qué queremos, hacia dónde queremos ir, e ir utilizando en cada investigación aquella bibliografía, en papel, en formato digital o audiovisual, que se adapte a nuestros objetivos.

Quizá sea la hora de aplicar ciertos criterios de Comunicación a la magia. Quizá así podamos ser más nosotros, evitando la desmotivación en ocasiones y la desidia que causa el tenerlo todo en la palma de la mano al instante…

Aquí, la meta la pones tú. El camino, depende de ti cómo hacerlo. 


Luis Olmedo
Ilusionista